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La hepatitis C tiene los mismos síntomas de la enfermedad hepática, incluidos dolores y molestias, fatiga e irregularidades para ir al baño. Es posible que las personas con hepatitis C no presenten síntomas de inmediato. Los síntomas suelen empeorar con el tiempo a medida que el hígado se deteriora.
Síntomas de la hepatitis C aguda
La mayoría de las personas con hepatitis C aguda, la primera fase de la enfermedad, son asintomáticas o no presentan síntomas. Cualquier síntoma asociado con esta infección viral suele ser leve. Incluyen:
- Fiebre.
- Fatiga.
- Náuseas y pérdida del apetito.
- Vómitos.
- Orina de color oscuro.
- Heces de color arcilla.
- Dolor en el abdomen y articulaciones.
- Dolores musculares
- Ictericia (la piel y los ojos aparecen amarillos).
Síntomas de la hepatitis C crónica
Una vez que la hepatitis C progresa a la etapa crónica, generalmente seis meses después de la infección, los síntomas se vuelven más comunes. Sin embargo, incluso las personas con hepatitis C crónica pueden estar asintomáticas al principio. Los síntomas se vuelven más comunes y severos a menos que se trate la infección viral. Además de todos los síntomas de la hepatitis C aguda, los síntomas comunes de la hepatitis C crónica incluyen:
- Fatiga cronica.
- Depresión.
- Confusión.
- Discurso arrastrado.
- Sangrado o moretones con facilidad.
- Piernas, pies y tobillos hinchados.
- Retención de líquidos alrededor del abdomen.
- Pérdida de peso inexplicable.
- Picazón en la piel.
- Vasos sanguíneos en forma de araña que aparecen en la piel (angiomas de araña).
- Palmas rojas.
- La menstruación se detiene en las mujeres.
- Senos más grandes, testículos atrofiados y reducción del deseo sexual en los hombres.